lunes, 2 de junio de 2014

Agoniza vida nocturna en Morelos

El cantabar Dreas fue clausurado después de una balacera

Quizá fue el 16 de abril de 2010 la fecha en la que la vida nocturna de Morelos empezó a padecer sus primeros achaques; la noche de ese día se anunció un "toque de queda" que dejó paralizada a la ciudad de Cuernavaca. Poco más de un mes después fue incendiada la discoteca Classico y al mes siguiente fue asesinado el hijo de Joan Sebastian en la cadena del bar Grand Hotel.

Desde entonces, los incidentes en antros y bares no han dejado de ser noticia en nuestro estado. El año pasado Andrés Remis, presidente de la Asociación de Bares y Discotecas de Morelos (ADICE), advirtió sobre la posible extinción de las discotecas en Cuernavaca. Asimismo, comentó que en 2008 operaban 17 discotecas en la ciudad, de las cuales ahora sólo 4 permanecían abiertas.

Esta situación ha cambiado los hábitos y costumbres "nocturnos" de los habitantes y visitantes de Cuernavaca, que por seguridad prefieren asistir a fiestas u organizar reuniones en sus casas. Por ello, no es casualidad que cada vez existan más tiendas tiendas de conveniencia tipo OXXO, Extra y 7 Eleven, ésta últimas empezaron a operar en Morelos en 2014.

Para acabarla de amolar las acciones que ha tomado el gobierno en consecuencia de dichos incidentes ha venido a perjudicar aún más a este sector empresarial. Esto porque muchas veces se han clausurado los bares y discotecas, lo que ha desembocado en que estos cierren sus puertas definitivamente. 

Sin embargo, es importante analizar ¿qué tan responsables son los establecimientos sobre estos actos delictivos? El año pasado fue asesinado un valet parking del bar Condesa en la Av. San Diego. El tiroteo ocurrió en la banqueta del lugar, pero el bar fue clausurado y no volvió a abrir sus puertas (tenía pocas semanas de haber abierto).

Este año se registró otra balacera en el cantabar Dreas, ubicado en la calle Vicente Guerrero, en la que resultaron cuatro muertos. El bar fue clausurado y más adelante cerró sus puertas. Los homicidas entraron armados y abrieron fuego sin que los responsables del bar pudiesen hacer algo al respecto. 

El fin de semana pasado en el bar Attico, ubicado en la Av. San Diego, miembros de la policía del mando único, que iban encapuchados, llevaron a cabo un "operativo" a las 2:00 PM, en el que entraron con un joven (encapuchado y esposado) que había sido aprehendido antes por narcomenudeo para que delatara a sus posibles cómplices. Al llegar apagaron la música un momento, enciendieron las luces y no dejaron salir a nadie hasta media hora después. Los clientes vivieron momentos de tensión, pánico y no precisamente por actos llevados a cabo por delicuentes, sino por la actuación de la policía.

Así como éstos, han habido muchos casos más y es probable que esto siga ocurriendo, lo que lamentablemente generará perdidas de empleo para mucha gente y hará de nuestro estado un destino turístico todavía menos atractivo de lo que ya es por la inseguridad. Lo único que puede hacer que mejore es la actuación del gobierno ante estas situaciones, pero es difícil si sólo contribuye a que las cosas empeoren y no cuentan con algún operativo efectivo para hacer que salir de noche deje de ser una actividad de alto riesgo.

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