domingo, 19 de julio de 2009

Javier López y lo apócrifo

16 julio 09

Javier Jaramillo Frikas

Columna de todos

Prohibido Prohibir

 

        

         La modernidad sirve también para sembrar dudas, intrigas y calumnias. Circuló hace un par de días un presunto comunicado emitido por la delegación Morelos de la Procuraduría General de la República, donde hablan del inicio de una “investigación en contra de Javier López Sánchez” y los cargos serían “uso indebido de recursos, enriquecimiento inexplicable y lo que resulte”. Dos cosas: el documento es apócrifo, no fue emitido por la PGR—Morelos, se nota revisándolo minuciosamente,  por ejemplo su correo de gmail y no el de las instituciones de gobierno. La otra: a lo que acusan a López habrá de agregarle otras más que son del fuero común, igual  a algunas de las arriba mencionadas. Ha sido rapaz, bandolero auténtico, pirata de la política e incapaz en sus funciones, para lo que fue contratado y le ha pagado con creces el pueblo morelense.

         Un punto importante de anotar es que si lo enderezan en contra del PRI o el PRD, sería ilógico: el primero los noqueo y no necesita ya nada, incluso hacen mal en no ahondar en las investigaciones sobre López, al que con facilidad le fincan responsabilidades por las evidencias en sus hurtos con dinero del pueblo. En el PRD están preocupados por saber el número de cuántos de sus principales personajes caben en la única nómina que soporte el próximo trienio, la de Jiutepec, lo que los ciudadanos habrán de revisar con cuidado, porque es el solo reducto que les queda. Lo que nos lleva a la más amplia posibilidad: a Javier López Sánchez –al que se le habilitó este mote en detrimento del gran comediante mexicano Chavelo—le están pegando sus compañeros de partido, es “fuego amigo” y seguramente  --aún en su reposo vacacional—el todavía burocráticamente coordinador de asesores y coordinador de Comunicación Política (y anexas, por lo de las obras y sus comisiones, los proveedores y sus comisiones, los bonos nunca llegados y sus comisiones), sabe exactamente desde donde lo golpean.

         López Sánchez en apariencia “se blindó” contra ataques mediáticos por sus negocios con las propias empresas de medios, que lo cuidaban más que a un Niño Dios el 2 de febrero camino a Catedral, pero su misma ignorancia, incapacidad y vísceras, llevaron a que cayera en su trampa. Gastó fuertes sumas del erario —o de las comisiones—para librarse de los que consideraba incómodos en los diversos frentes periodísticos, lo que finalmente se revirtió y dejó en evidencia a presuntas potencias del medio. Tejió sus redes Chavelo, los arrulló soplándoles y meciéndolos con dinero, zangoloteó y terminaron, los mismos beneficiados, arrollándolo. ¿Justicia divina? ¿El bumerang? No, nada más torpeza,  desconocimiento de terrenos pantanosos y el grave error del gobernador Marco Adame al dotarlo de suprapoderes sin estar siquiera al tres por ciento de su tremenda misión. Sobre el área del señor López Sánchez cargaron la estructura gubernamental para consolidar a la administración, ganar tranquilamente la elección intermedia y dejar listo el terreno para la partida del gobernador a Las Grandes Ligas y la repetición del gobierno en el 2012. Perdieron todo apostándole a un primitivo operador en vías de hacerse político. Duro Golpe, altísimo costo político y económico y lastre para los siguientes días, meses y años. Una calamidad, y existe un resultado: el 5 de julio pasado, inolvidable cuanto triste fecha para el PAN y quienes se integren a él y manden sobre él. Por ello los dos mulazos de Adrián Rivera Pérez –uno de los 3 Grandes Perdedores—sobre el mismo Javier con Adame en calidad de Arthur Mercante, el mítico árbitro de boxeo nacido en Nueva York.

         ¿Se imaginan el tamaño de “político” que tras la debacle panista se pierde, seguramente tomando el sol en alguna playa en tanto aquí, sus compañeros—víctimas dan la cara, como el gobernador Marco Adame? Eso se da solamente en cerebros como el de Javier López que conserva sus orígenes de empleado, de horas—hombre, prestaciones y beneficios. En la administración y la política la condición es otra, como diría el compositor venezolano de “Caballo Viejo”: “no hay horario ni fecha en el calendario”.

         Ahora: el documento apócrifo de la PGR es un delito que tendrán que perseguir los que deseen proceder, pero las presuntas responsabilidades de Javier López Sánchez en ese mismo falso papel se observan pequeñas ante el tamaño de las atrocidades que cometió. Es tan lindo decirlo, en el espacio de cada quien, lo que siempre hemos pensado y creemos del señor López. Lo hicimos. Pero el famoso blindaje que lo cubrió un día al otro se multiplicó por miles. Y aquí estamos. Es el servidor público del gobierno estatal, repetimos, con más altas probabilidades de caer preso. Y con él, seguro, irán otros que le permitieron cometer los atracos oficialmente o le operaban financieramente. Ha perdido cualquier crédito en la política y la administración, se la quitaron sus propios compañeros de partido y banda y lo único que le mantiene, muy en sus adentros, en aparente calma, que tiene cómplices en el mismo gobierno, de altos y medianos vuelos. Son muchos los años que tenemos en este oficio y no recordamos una administración donde a un solo hombre le concedieran tanto poder y lo más triste: que el que se lo conceda le haya creído a grado tal que ahora su suerte esté echada casi a la par. Grave error del gobernador Marco Adame, que tendrá que usar algo más que su manto protector para que López Sánchez no termine como sus hechos indican, lo merece: en prisión.

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