miércoles, 8 de julio de 2009

¿Y Chavelo?


Martes 7 de julio

Javier Jaramillo Frikas

Prohibido Prohibir

                                                  

     Denle vuelta a la hoja y reúnan elementos que les permita mostrar escenarios que permitan la gobernabilidad en Morelos. Claro es que el Partido Acción Nacional, sus dirigentes y todavía principales figuras, se mal acostumbraron al poder y sufren al perderlo, pero los números, los fríos números no dejan dudas: les pegaron hasta por debajo de la lengua. Igual a como le sucedió al PRI hace tres y seis años. Un fenómeno que no les queda más que admitir. A partir del “Apocalipisis del PAN” como lo bien definió un militante de este partido, se abren los espacios a la especulación. Es de cobardes patear a un caído, el que lo hace en la calle pronto paga consecuencias y le dan el mismo trato. En la política es lo mismo. Se aplica cuando la contienda se da en buena lid, con reglas, sin agandalle. Derecho pues.


     Leemos y vemos a Germán Castañón, el dirigente estatal y al cómodo(ino) Sergio Alvarez Mata decir que no perdieron, alegar prácticas fraudulentas que hacen los de enfrente y ellos mismos, cuestión de contar el número de detenidos y su filiación. En casos como estos es de hombría reconocer que no se lograron los objetivos y que otros, fenómenos por medio o lo que sea, han ganado. Los deja mejor parados. Lo que les escuchamos a este par es sinvergüenza, cínico, fuera de cualquier lògica.


     Hablábamos del agandalle y hubo un personaje que se dedicó, de principio a fin a hacerlo, con la complicidad de una bola de amanuenses y patrones de medios que hoy ni con maquillaje quitan el rojo de la vergüenza. Es Javier López, cuyo destino ayer era incierto. Lo hacían huyendo algunos. Otros enfermo de garganta, estómago, nervios y corazón político –el otro, por fortuna, que este bien--. Hizo trapacería y media en contubernio con gerentes y propietarios de medios. Puso y obtuvo precio a cabezas de comunicadores incómodos. Un Goebbels indígena en rasgos y acción, absolutamente primitivo. No explicamos cómo el gobernador Marco Adame puso tanto poder en sus manos. El, López, puede ser el sepulturero político del propio Adame si este no toma medidas radicales. Por servirle de más, Javier López le colocó lozas en el lomo al gobernador. Un funcionario incómodo. Bueno, en sus ofertas de corte de cabezas de periodistas tuvo parte de su debacle.  


      Una de estas es la de Omar Guerra, el inminente diputado local del PRI en Cuernavaca, vencedor abrumador del cuarto distrito, el mismo que disputó la esposa del señor Javier López Sánchez, que a simple vista gastó una millonada. A Omar Guerra lo hicieron salir de Televisa Cuernavaca, dicen, por los malos oficios del también conocido como “Chavelo”, que obtuvo respuesta inmediata de ejecutivos. Meses después, metido en su militancia priista, Omar Guerra concursó por el distrito que parecía más difícil, duro: iba contra la diputada federal Adriana Vieyra Olivares, mujer de Chavelo que, con respeto por su calidad de dama, pero claro porque es servidora pública, abusó con su cónyuge de los espacios callejeros y gastaron una fortuna que rebasó, en mucho, el tope de campaña. Eso provocó el enojo de una población que a diario trabaja para comer con modestia y se revirtió. Omar le sacó la ventaja mayor a la de cualquiera otros de los priistas que compitieron en Cuernavaca. La sociedad mide, la sociedad castiga. Este es un ejemplo claro del NO cuando se dispendia.


     Tras ello, en plena cruda, se han soltado los rumores, muchos, algunos parecen ser verdaderos y otros caen en el chisme en torno a Javier López Sánchez. Ahí les van:


     1.—Que el senador Adrián Rivera Pérez, en su condición de “Cuadradito de Basoco” gritó a Javier López lo que sigue: “¡Mira lo que provocaste! ¡Tu eres el culpable por tus raterías!”. Acto seguido le soltó un puñetazo que alcanzó el rostro de Chavelo. Arbitro impávido el gobernador Marco Adame Castillo, que intervino cuando la contienda había casi terminado con un grito de “¡Tranquilos!”. Adrián Rivera fue colocado en condición de coordinador general de la campaña panista porque es el siguiente anotado en la lista de posibles candidatos al gobierno. Perdió. Y feo. Seguramente lo van a pensar. Y él la tiene tranquila: dietas, buenas comidas y salarios como senador. Un sueño. Que Javier López abandonó la escena del pleito con la cabeza gacha y el gobernador no hizo nada por detenerlo. Un final esperado si sucedió. Incluso podemos calificarlo sutil para el daño que generó el señor Sánchez a su gobernador, a su partido, a su esposa, a sí mismo.

     2.- Que fulminantemente el gobernador Adame cesó a tres coordinadores impuestos por Javier López antes del domingo electoral cuando ya preveían la derrota pero no la esperaban tan contundente.

     3.- En el centro de la ciudad, ayer desde la mañana se hablaba que Javier López había huido, que existen denuncias federales en su contra.

     4.- Y última: que lo habían detenido.


     Las últimas nos parecen increíbles por una razón sencilla: en una presunta captura por robo al erario o lo que sea, Javier López se lleva en la maleta a todos, incluido el gobernador, del que solo un iluso pensaría que desconocía los actos de su, en los hechos todo este tiempo, segundo en el mando. Mientras no es lamer heridas sino prepararse para darle gobernabilidad a Morelos. Un Congreso de oposición al ejecutivo. Ayuntamientos con una tremenda mayoría de otros partidos. El ejecutivo solo, sin muchos resortes desde donde impulsarse. Esa es la siguiente tarea: construir. Porque Morelos, pese a Chavelo, sus secuaces y los que le abrieron las piernas y fueron penetrados en sus estructuras empresariales periodísticas, merece mejor suerte.


    Javier López "Chavelo" oscura figura del gobierno de Adame.


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