10 agosto 09
Javier jaramillo Frikas
Columna
Prohibido Prohibir
Hasta el próximo sábado cuentan los magistrados del Tribunal Estatal Electoral para decidir la integración de la siguiente legislatura local. Es un tema ineludible al que los grupos de poder han buscado dar el matiz que más le conviene a cada cual. El sábado y lunes leímos con atención a los colegas, amigos y contemporáneos Juan Emilio Elizalde y José Manuel Pérez Durán, columnistas de Diario de Morelos abordando el tema que, subrayamos, de manera natural está instalado en la agenda política de la semana como el de mayor relevancia post electoral.
Y como diría el paisano “nos añadimos”. En efecto, no se trata de tomar decisiones a la medida de los que hayan o pretendan ejercer presión, o caer en la simpleza que algunos de los que participan en la vida pública comentan: “Es una decisión política no jurídica”. Normalmente así se han dado importantes determinaciones jurídicas, con jueces, magistrados y ministros a las órdenes de quienes les cobran la factura en su asignación que, se cree, son los diputados y partidos. Ya no es tan simple. La propia Suprema Corte de Justicia de la Nación ha transparentado sus funciones, tienen su canal de televisión y cualquier ciudadano está al tanto de su actuación. Los medios en el país se han abierto para tratar los temas de la administración de justicia, cuando la norma (establecida por los dueños de los medios, empresarios más que informadores) era no tocar asuntos que involucrarán a los que tienen como obligación hacer valer las leyes y la Constitución. En Morelos nos tocó participar en el vencimiento de esas “normas” retrógradas desde las redacciones, porque imperaban criterios primitivos que privilegiaban a los señores de la justicia sobre el ciudadano común.
La Constitución y los códigos electorales son claros y ahí está todo lo que requieran los magistrados electorales de Morelos para hacer –como diría la columna decana y siempre certera “Atril”—“lo que deben”. Muchos conocemos el recorrido profesional y público de los integrantes del Tribunal Estatal Electoral. Los tres han sido sobresalientes y están justo en la etapa de consolidación en el caso de Fernando Blumenkron Escobar y Oscar Añorve Millán. O el hijo del maestro decano de la Universidad, don Hertino Avilés Arenas, descrito con exactitud por la pluma de Pepe Pérez Durán: estudiante de excelencia que, si no nos falla la memoria, es considerado el mejor de la escuela y hoy Facultad de Derecho en su historia.
¿Por qué estos abogados habrían de jugar con sus carreras y futuro inmediato solo por satisfacer a un grupo, facción o tribu? Por ello, la revisión del Caso nos lleva a reflexiones que seguramente viven otras personas. Se ha dicho que la decisión del Consejo Estatal Electoral fue eminentemente política, que hubo errores legales y de procedimiento, lo que nos llevaría a dar crédito a versiones de involucramiento externo, oficial por supuesto. Incluso existe una jubilación “faxt track” de un consejero con un salario mayor a los 70 mil pesos, avalado por la mayoría panista del Congreso Local. Surge el “sospechosismo”, sobre todo porque en la bancada del PRI –por definirse entre 14 y 15 por el asunto Temixco que, hasta este momento (18.15 horas del lunes 10 de agosto del 2009 ganaban los del tricolor—crecería su número a 18 de los 30 que componen la legislatura que, a propósito, en menos 20 días rinden protesta.
Si la decisión fuese torcida, política en lugar de jurídica, cualquier juzgador armaría los escenarios inmediatos de partidos y posiciones de poder. Esto, obviamente, favorecería al PRI por sus números del 5 de julio, donde Morelos sorprendentemente fue el que mejores resultados obtuvo. Pero esa no es la condición. Se trata que la ley exista, que se genere la confianza en ella y es la mejor oportunidad que tienen los magistrados electorales de mostrar las herramientas que fueron dotados académica y profesionalmente para estar en el sitio que los ubicó la sociedad de Morelos.
Es esta semana crucial, los ojos están puestos en el Tribunal Electoral, pero no tiene desperdicio la columna ayer de Pérez Durán y con su permiso reproducimos su Famoso Atril:
Es la primera prueba para los magistrados del Tribunal Estatal Electoral el asunto de los diputados plurinominales priistas que tiene como ponente a Fernando Blumenkron Escobar. Si el anterior Tribunal obtuvo el primer lugar en sus resolutivos los dos últimos procesos electorales, que todos sus fallos que terminaron en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fueron ratificados, los actuales integrantes tienen que estar claros que ninguna presión será tan alta como tomar la decisión contraria a la ley. Especialistas del tema jurídico—electoral saben lo que debe suceder, como también conocen que la decisión del Consejo Estatal Electoral fue eminentemente política y plagada de fallas.
La independencia de los anteriores magistrados de los grupos de poder, hizo que generaran confianza en todos los sectores y que los “cabezas” de partido, gobiernos, entendieran que la única manera de consolidar este tipo de órganos (que históricamente habían estado bajo el criterio de los ejecutivos) era decidir de acuerdo a la ley. A toro pasado se justifica el que durante dos procesos los tribunales del país y el mismo TRIFE hayan votado por el Tribunal Estatal Electoral de Morelos como “el de mejores resultados”. De esta manera la actual composición del TEE, con tres abogados conocidos, con origen, creó buenas expectativas y no encontró resistencias a su llegada. Se consideró como una de las pocas buenas decisiones de la actual legislatura.
Este tema que ha sido aparentemente ignorado está en la agenda de la semana que empieza hoy y no debe concluir la misma cuando conozcamos la decisión de los magistrados electorales. No es cualquier cosa, porque de fallar como dicen los especialistas, el Partido Revolucionario Institucional contaría en los hechos con 18 diputados de los 30 que componen la cámara, tendría la mayoría simple y con la posibilidad de lograr la calificada –las dos terceras partes o 20 más uno--. En estos casos que se trata de aplicar la ley apegado a la misma, lo demás es secundario, digamos las presiones a las que deben estar sujetos Oscar Añorve Millán, Hertino Avilés Alvabera y Fernando Blumenkron Escobar. Estos servidores públicos no tienen más que hacer lo que deben.
Digamos que la decisión, cual fuera, encontrara una opinión contraria en el TRIFE, aniquilando la tradición que en Morelos cuando menos en justicia electoral son “mano”. Si tal como creen los que saben, lo que determinaron en el Consejo Electoral Estatal fue la política sobre lo jurídico, los argumentos que esgriman en el TEE y basen su fallo, se debe acompañar de una transparente información que permita al ciudadano normal –como usted lector, y yo—entender los por qué y en su caso definir un criterio. Con una sociedad que el 5 de julio realizó una especie de referéndum, lo menos que deben hacer los que decidan en campos de la justicia es aplicarla sin escuchar “cantos de sirena”. Si los magistrados nombrados por los diputados y estos por quienes mandan, los ciudadanos, asumen su responsabilidad histórica, como venga su decisión será aceptada. Deben ser contundentes en su criterio, tienen que pensar más allá de si se enoja fulano o zutano y entender que su primera prueba marcará la ruta de credibilidad y confianza de un tribunal que no hace mucho fue reconocido hasta dos ocasiones en el país como el mejor.
No son novatos: Oscar Añorve obtuvo, de manera individual, un primer lugar nacional siendo funcionario del pasado tribunal. Gano un certamen nacional en justicia electoral. Fernando Blumenkron a pesar de su juventud es un hombre avezado con experiencia en el servicio público, sobre todo en la administración y procuración de justicia. Y Hertino Avilés Jr., es considerado uno de los mejores estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y hasta su llegada al TEE era funcionario del Poder Judicial de la Federación. Excusas no hay para decir que son bisoños, que la presión les gana, que se deben a tal o cual grupo, tribu o gobierno. Su posición es trascendente y la prueba que tienen en sus escritorios, a partir de hoy estará en la mira de miles de morelenses.
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