miércoles, 30 de septiembre de 2009

¡Cuando menos..!

Revuelto

30 septiembre 09

Javier Jaramillo Frikas

Columna

Prohibido Prohibir

 

Seguimos con lo de ayer. Hubo una serie de acciones que nos obligaron a marcar que la información tenía que corroborarse. Que no: el Ejército Mexicano no se hace cargo de la seguridad pública de Cuernavaca. Y bien valen las precisiones tras los hechos:

         1.- El general en retiro Manuel Farfán Carriola se vio obligado a presentar su renuncia pero antes y después de esta cometió actos que lo ratifican como hombre sin juicio, en la frontera con el desquiciamiento. Vino al cargo de secretario a jugar, de vacaciones y quiso meter a Cuernavaca y sus habitantes en un cuartel. Pero todo fue en su imaginación porque no emprendió una sola acción que le valiera el reconocimiento social. Si es cierto que llegó con dos tanquetas por la noche del martes a las oficinas de la secretaría, estaríamos ante un antecedente sin precedente en estos ámbitos. Porque de serlo, no lo hizo solo y sobran razones para preocuparse.

         2.- Lo que sí sucedió fue la llegada, desde la mañana del martes, de elementos militares a los sectores policiacos de la ciudad no sabemos todavía la real razón. El argumento oficial es la revisión de armas y licencias para su portación. También fue cierto que la mayoría de los policías fueron concentrados en el Estadio Centenario durante muchas horas dejando a Cuernavaca más inerme que de costumbre. No se conoce en ambos casos (lo de las presuntas tanquetas y el acuartelamiento-detención de los policías) ningún comunicado de las autoridades militares. Se supone que las civiles –las que son votadas por el pueblo—deben estar enteradas. Si lo fueron y lo permitieron, más vale terminar con los costosos procesos electorales. ¿Por qué votar por alguien que va a recibir instrucciones o no lo enteran otras instancias?

         Tenemos que hacer un paréntesis obligatorio: la prensa nacional, escrita y electrónica lleva dos días teniendo como actor principal a Morelos y al general Farfán Carriola. En la cima de la nota roja nacional, una vez más. Todo el martes y el miércoles Milenio Noticias siguió manejando el asunto, todavía con pocos elementos de juicio. Entrevistaron a un precavido alcalde Roque González Cerezo. Vimos el noticiero vespertino de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula y fue hasta donde pudimos encontrar una información razonada, certera, de parte del jefe de esa empresa informativa en Morelos, Teodoro Rentería Villa, al que le debemos la aclaración que, esperamos, haya llegado a muchos puntos del país. Teodoro dijo lo que sucedió y que el mismo miércoles la prensa local hizo: Farfán Carriola desarmó a la policía el sábado, los elementos abatidos –un metropolitano y uno de Rescate—fueron materialmente acribillados sin posibilidad de defensa alguna, el general retirado animaba un evento amistoso con amigos y familiares en un polígono de tiro con armamento y municiones del ayuntamiento, se volvió loco retando al periodista Guillermo Hinojosa y con la experiencia y mesura que tiene el buen Teodoro, indicó que el ex secretario acudió “tres horas” para sacar sus objetos personales de la secretaría y que sí, que iba acompañado de elementos militares. Bien, en ese momento entendimos que si bien no hay jefe de la policía en Cuernavaca, algo tienen que estar haciendo para cuidar a la ciudadanía.

         Fueron cuatro los asesinados y tres los heridos, a partir de un acto criminal. Todos lo han dicho: quedó claro que no existe capacitación en las corporaciones policiacas encargadas de la prevención del delito, o no todos la tienen.

         Necesario apuntar lo que ha dicho un experto nacional en materia de seguridad pública:

         “Existen cuatro niveles para calificar al narcotráfico en las entidades. Chihuahua, Baja California, Sinaloa, Michoacán y Guerrero están en el cuarto. Morelos se ubica en el segundo nivel, se encuentra lejos de aquellos”.

         Buen consuelo. Sin embargo, hace aproximadamente 25 años en esta columna anotábamos ante las ligas de policías con mandos en Morelos como Rafael Aguilar Guajardo, Rafael Chao López, del mismo ex gobernador Armando León Bejarano y “bautizamos” –con la intención que nunca pasara—que Cuernavaca corría el riesgo de “guadalajarizarse”, Morelos de “Jalisciarse” y México de “Colombianizarse”. El país, es el Colombia de hace 15 años, Morelos no se ha “Chuihuahuizado” ni Cuernavaca “juarizado”. Esto lo decimos para seguir caminando, llevar la vida normal que merecen los que vivimos en esta tierra prodigiosa, que no entre la sicosis colectiva. También para tener cuidado. Y lo esencial: continuar con la exigencia que los cuerpos policiacos se profesionalicen y hagan lo que deben hacer.

 

                                               Otro Tema


         De moda el arguende legislativo en la fracción del Partido Revolucionario, en las sumas y restas de los grupos en disputa, es importante recoger las palabras que el ex diputado local y federal, conocedor de la ley y amigo Tomás Osorio le da al colega José Luis Garcitapia en la edición de La Jornada Morelos el miércoles:

 

 

“Es legal” la sustitución de Espín por Arizmendi, dice Tomás Osorio (José Luis Garcitapia).- Es legal la destitución de Julio Espín Navarrete del cargo de coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, pues fue tomada por la mayoría de los diputados priístas y ahora corresponde al presidente del Congreso local informar de ello al pleno, sostuvo ayer Tomás Osorio Avilés, constitucionalista, catedrático de la UAEM y ex líder del Congreso de Morelos. “Por lógica, y por respeto a la democracia, quienes mayoritariamente nombran a su coordinador, también tienen el derecho de removerlo y designar a un nuevo coordinador”, puntualizó al tiempo de poner en claro que en el caso del PRI, los estatutos establecen que serán los integrantes de los grupos parlamentarios los que definan su estructura y organización. Agregó que si bien Julio Espín fue electo coordinador del Grupo Parlamentario por el periodo de un año, esto de ninguna manera implica que una mayoría de los 15 diputados no estén en condiciones de removerlo de la coordinación del grupo. Tomás Osorio se remitió a lo que establece la Ley Orgánica del Congreso de Morelos, en su artículo 30: “Cualquier modificación a la estructura original de los grupos parlamentarios deberá hacerse del conocimiento de la Junta Política y de Gobierno y del presidente de la Mesa Directiva, quien dará cuenta de ello al pleno del Congreso del estado para los efectos legales correspondientes”. Es decir, corresponde a Andrés González sólo informar del acuerdo tomado por los diputados priístas. Agregó que el artículo 90 de los Estatutos del PRI, en su segundo párrafo, determina claramente: “Los integrantes de los grupos parlamentarios definirán la estructura y la organización de la coordinación legislativa y nombrarán el responsable de la misma”; es decir, señaló Tomás Osorio, los diputados locales no requieren de la convocatoria ni del aval de las dirigencias estatal y nacional del partido para hacer los cambios que consideren necesarios.


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