9 septiembre 09
Javier Jaramillo Frikas
Columna
Prohibido Prohibir
Si las fracciones opuestas al PAN, la gran mayoría en el Congreso, insiste que el gobernador Adame acuda a la tribuna a dar lectura de su tercer informe de actividades, por qué no diseñar una estrategia que no necesita ser secreta para que funcione: que aparezca la verdad. Si Adame reconoce los errores de su administración, los excesos de sus funcionarios, si actúa honesto, la porra seguramente le seguirá chiflando pero la sociedad local podría ofrecerle una nueva oportunidad.
¿Hasta dónde le interesa a la mayoría de morelenses que el gobernador lea o no su informe? Es un asunto menor para ellos, más preocupados por salvar el día con las teleras, los huevos y frijoles que en asomarse el debate mediático entre los poderes legislativo y ejecutivo. Ambas partes se toman demasiado en serio.
Y bien, Adame no debe echar gasolina a la hoguera como la declaración, ayer por la mañana:
“Como diputado federal y como senador de la república, fui actor y testigo de los debates sobre como dejar atrás el ambiente nefasto del llamado Día del Presidente, para pasar a una rendición de cuentas sereno, objetivo de cara al país; intenso ha sido el debate en la República y también lo es en la vida de las entidades, peligroso es dejar atrás, el Día del Presidente para pasar ahora al Día contra el Presidente. Como mutatis mutandis, en los estados, dejar atrás el Día del Gobernador que era el día del informe, para pasar ahora al Día contra el Gobernador”.
No es para tanto, es subirse encima de la razón y de la propia sociedad que, repetimos, quiere más tener los ingredientes para la cena de esta noche y el desayuno de mañana que acudir al Congreso a actos que, históricamente, son aburridos. Tampoco que se abuse de informaciones retóricas en los medios que obligan a cambiar de canal. Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre, reza el refrán.
Hubo “enganchados” en el tema, como el senador del PRD, Graco Ramírez Garrido Abreu que sostiene una relación amistosa con el gobernador morelense. Esto dijo:
“En la polémica sobre la presencia o no del gobernador ante el Congreso, el senador perredista Graco Ramírez señaló que los priístas pretenden, en una actitud de revanchismo, sentar al gobernador Marco Adame en el banquillo de los acusados. Se están comportando los priístas como pandilla y no como el partido que tuvo la confianza de la mayoría de los electores”.
Acostumbrado a no desgastarse, mal operador en la cosa política, Sergio Alvarez Mata llegó al lugar en el cual tuvo que estar desde el 2006. Los acomodos al interior del partido Acción Nacional lo enviaron como secretario general de gobierno en la administración de Marco Adame. Los tropiezos se contaron pos decenas, los aciertos nadie sabe cuáles fueron. Luego, con mucha anticipación sus correligionarios lo auto erigieron cuasi presidente municipal de Cuernavaca al nombrarlo ´re candidato un año antes de la elección. Ya se sentaba en el ayuntamiento de la capital. Le dieron duro el 5 de julio. Nunca, en ninguna de esas posiciones, Alvarez Mata se preocupó, porque sabía que pasase lo que fuera él estaría, tranquilo, cobrando muy bien los siguientes tres años. Regresó al Senado en el que nunca tomo posesión hasta ahora. Hoy, comodísimo, conchudo, comienza a hablar de diversos tópicos, entre ellos del presupuesto, cuando todos sabemos que lo único que cuenta en el Senado es su voto, luego que lo instruya el coordinador de su fracción.
¿Y los maestros? ¿Y Los 13 Pueblos con El Chihuahuita? Cada uno de estos eventos generó menoscabo al PAN y pudieron ser factores importantes en la pérdida de casi todo en el terreno electoral. La sugerencia: que pase inadvertido en la vieja casona de Xicoténcatl, no vaya a ser que lesione la armonía de la cámara. Sus antecedentes son más que malos.
Esto dijo uno de los pocos panistas que quedan con responsabilidad política:
“Ni hablar, regresamos a los viejos tiempos, nos quitaron casi el poder. Vamos a tener que tomar todas las posiciones en los siguientes procesos, nosotros con la familia, para sobrevivir. A lo tardamos, así que preparémonos para tomar el partido en nuestras manos, como antes”.
Efectivamente, antes eran unos cuantos, la llamada Sagrada Familia casi, pero el partido creció y hoy se puede hablar de una estructura estatal que no sabemos cuál es su condición tras el 5 de julio. Esta parte reclama posiciones y se comienza a notar la nueva composición de Acción Nacional con el proceso de renovación en el comité de Cuernavaca. Normal e históricamente, la decisión estaba tomada por la cúpula. En este momento hay tres registrados y se espera se acumulen ocho más. ¡Once! ¿Cuándo habían vivido en el PAN esta experiencia? Busquen y no encontrarán ninguna.
Mientras, quietos, con dietas y salarios asegurados, los panistas del privilegio se aprestan a correr a los que llegaron y regresar a Los Viejos Tiempos, cuando las esposas, hermanos, primos y anexas se acomodaban en los cargos de representación plurinominal. ¿Los dejará el nuevo panismo?
Equivocado, el diputado Andrés González García, se echó una bronca con un sector que no debe: los reporteros y fotógrafos que cubren el Congreso. Una síntesis lo dice todo:
“Hoy el presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, Andrés González García, ordenó que los reporteros gráficos fueran sacados del área de curules, la acción causo molestia y propició una protesta por parte de los fotógrafos que exigieron al diputado respeto a su labor periodística”.
¿Tiene necesidad el cuautlense de pelearse con los que hacen su trabajo? Por lo pronto ha generado un sabor amargo en el gremio y si ellos son diputados, no olviden que los que estamos de este lado vemos pasar legislaturas y aquí seguimos. Abusado mi Andrés.
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